El Partido de los Trabajadores de Lula ya está pensando en las elecciones de 2026. El presidente del partido, Edinho Silva, es quien está ultimando los detalles de un año que será clave para la continuidad del proceso que se reinició con la vuelta de Lula al poder.
En ese sentido, un importante dirigente partidario dijo a LPO que los objetivos son tres: la reelección de Lula, las elecciones estales para gobernadores y un aumento considerable de la cantidad de diputados y senadores.
El cerebro de esto es Silva pero el brazo ejecutor será el diputado José Guimaraes que será el coordinador del Grupo de Trabajo Electoral, la instancia responsable de la estraga electoral del año que viene.
En relación a la campaña presidencial, en el gobierno apuesta a la continuad del buen momento de la imagen de Lula y a la estabilidad económica pero reconocen que tienen ajustar la narrativa para hablar de seguridad y crimen organizado.
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“Tenemos que ser claros. No bajar ninguna bandera pero tampoco ser ambiguos. Lo del bolsonarismo con la masacre de Río de Janeiro es una muestra de por donde va a ir al campaña de la derecha”, detalla este dirigente.
Una ventaja que aparece es la división de la derecha que aún no lograr posicionar a un candidato tras la detención de Jair Bolsonaro. “El crecimiento de Lula se combina con que ningún candidato de ellos crece”, afirma.
En los estados la campaña tendrá un perfil más territorial. El Partido de los Trabajadores cree que cuatros de sus gobernadores tienen la reelección encaminada con Jeronimo Rodrigues en Bahía, Elmano de Freitas en Ceará, Rafael Fonteles en Piauí y Cadu Xavier quien será el sucesor de Fátima Bezerra en Río Grande del Norte que irá por una banca en el Senado.
José Guimaraes, coordinador del Grupo de Trabajo Electoral.
En los demás estados, la principal apuesta está en Rio Grande do Sul, donde el nombre del ex diputado Edegar Pretto figura con buenas perspectivas en las encuestas. Pero su candidatura aún es incierta debido a los llamados a la unidad en la izquierda.
En el Distrito Federal, el PT suspendió las primarias previstas para noviembre entre el excongresista Geraldo Magela y Leandro Grass, director del Iphan (Instituto Nacional del Patrimonio Histórico y Artístico).
En dos estados muy importantes como San Pablo y Río de Janeiro, el PT no tendrá candidato propio pero apuesta aliados como el alcalde carioca, Eduardo Paes y algún dirigente extrapartidario como Geraldo Alckmin en San Pablo.
Los jefes territoriales también tendrán un rol importante en la campaña en el Senado como el caso de Bezerra en Río Grande del Sur o Rui Costa, jefe político de Bahía y funcionario de Lula.
La elección en el Parlamento es muy importante para el PT y así lo expresa Lula en cada ámbito en el que le toca hablar. En caso de lograr la reelección, el gobierno necesita de una base propia más solida que no lo ponga tan dependiente de los bloques de centro que controlan la mayoría.
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Tener una mayoría propia es casi imposible en un presidencialismo de coalición como el que tiene Brasil pero una base más fuerte le puede dar mas margen de acción para avanzar en una agenda propia.
En estos primero cuatro años, Lula tuvo avances y retrocesos pero se enfrentó con la paradoja de sumar a dirigente de partidos aliados que luego no votaron en consecuencia de ese acuerdo. De todas formas, estas fuerzas de centro se mueven en función del buen o mal momento del gobierno de turno y si Lula llega fuerte estos grupos terminarán alineados.
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