Los 50 puntos que sacó el peronismo en Tucumán no fueron suficientes para evitar las tensiones entre el gobernador Osvaldo Jaldo y la intendenta de la capital, Rossana Chahla, en medio de pases de factura porque quedaron a 20 mil votos de meter un tercer diputado.
Pese al triunfo por 15 puntos contra La Libertad Avanza, el peronismo se quedó con dos de las cuatro bancas de diputados nacionales que se ponían en juego. El propio Jaldo encabezó la boleta pero ya renunció a la banca, que irá para el kirchnerista Javier Noguera, del espacio de Juan Manzur.
La otra diputada que entró es Gladys Medina, esposa de Darío Monteros, el ministro del Interior de Jaldo. Medina tiene mandato como diputada hasta 2027 y renunciará para tener cuatro años más. Fue un acuerdo para que no se desmadre la interna con su hijastro, Gonzalo Monteros, el intendente de Banda del Río Salí que no quiere que su madre dispute el municipio en 2027.
La pérdida del tercer diputado perjudicó a Jaldo porque buscaba conservar la misma cantidad que ya tiene en el Bloque independencia y no podrá hacerlo si Noguera se anota en el bloque de Unión por la Patria. Quien quedó afuera fue Elia Fernández, esposa de Sergio “La Burra” Mansilla, el hombre fuerte de Jaldo en la poderosa de la Legislatura tucumana. PpPor eso en el jaldismo empezaron a buscar culpables por no haber ganado por un mayor margen y apuntaron a Chahla.
Lo que desató la furia de la gobernación fue la difusión de chats del viernes pasado de dos funcionarios de la intendenta que decían que las elecciones del domingo no le importaban al municipio. Chahla dijo que era una operación y presentó una denuncia por suplantación de identidad de sus funcionarios. Eso no evitó que se filtrara un aparente pelea con la hermana del gobernador, Claudia Jaldo.
“No voy a contestar porque respeto mucho al señor gobernador, es una cosa que no tiene relevancia”, respondió Chahla cuando le preguntaron en La Gaceta por una pelea con la esposa del gobernador.
“El viernes me manda el gobernador una captura de pantalla, y también el ministro del Interior, donde supuestamente dos funcionarios míos decían que no íbamos a jugar en esta elección. Nos pareció muy infantil la operación política, porque era todo falso: hablaban desde un teléfono que no existía. Era un invento”, dijo Chahla.
Chahla nombró sugestivamente a Darío Monteros, que es el favorito de Jaldo para pelear la gobernación en 2027, una meta natural para la intendenta de la capital.
También hubo pases de factura contra el kirchnerismo y Cristina, a quien acusan de jugar a media máquina para que Jaldo no se quedara con la tercera banca, ya que tenían asegurado el ingreso de Noguera.
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