Wall Street le pegó al gobierno donde más le duele. Un informe lapidario de JP Morgan recomienda desarmar las inversiones en títulos del país y no esconde su preocupación por el rumbo económico y político de la administración de Javier Milei.
El diagnóstico es directo: las luces rojas se encendieron por el déficit externo que marcó un récord de USD 5.100 millones en el primer trimestre, que se combina con el evidente atraso cambiario que volvió a Buenos Aires más cara que Roma o Berlin, agravando el desequilibrio por los viajes al exterior de los argentinos y la compra desaforada de importados.
JP Morgan, el banco de inversión más grande de la bolsa de Nueva York, agregó una evaluación que contradice el optimismo de la prensa amiga del gobierno: la posibilidad de una derrota electoral de los libertarios en las próximas elecciones legislativas, como les pasó este domingo en Santa Fe.
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“Mantenemos una visión constructiva sobre las perspectivas de mediano plazo de Argentina, considerando la desinflación y el avance fiscal. Sin embargo, con el pico de ingresos agrícolas ya atrás, la probabilidad de salidas continuas por turismo , posibles ruidos electorales y cierto bajo rendimiento del peso que motivó intervenciones cambiarias en el dólar futuro, preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos”, sostiene el informe del JP Morgan, que lleva el filoso título de “Tomándose un respiro”, como si la Argentina fuera un deporte muy exigente.
El viernes pasado, en paralelo a las primeras filtraciones del informe del JP Morgan, se pactó una venta por USD 1.600 millones entre privados. En la City no descartan que se haya tratado de un error de sistema, pero si la operación se confirma y liquida este lunes, podría tener un efecto en cadena que agudice la desconfianza de los mercados.
Los rumores apuntan a que detrás de la movida estaría Pimpco, uno de los fondos de inversión más grandes e influyentes del planeta, con presencia activa en los mercados emergentes.
Este fondo conoce muy bien al ministro Toto Caputo, que junto a otros grandes como Blackrock, hizo perder cientos de millones de dólares durante su gestión en el gobierno de Macri.
En el microcentro porteño no se habla de otra cosa: “Si Pimco se está yendo, es porque algo huele mal”, afirmó a LPO un experimentado operador. Los grandes fondos -que conocen de memoria al equipo económico- no pareceb dispuestos a quedarse atrapados en otro experimento argentino.
“Ya les pasó antes. La escena de hecho guarda similitudes con la crisis del 2017/18 del macrismo: un mercado que se adelanta, capitales que buscan la salida”, afirmó a LPO el especialista consultado.
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