Bukele se hizo aprobar la reelección eterna como Maduro en otro golpe a la democracia de El Salvador

Bukele se hizo aprobar la reelección eterna como Maduro en otro golpe a la democracia de El Salvador

Nayib Bukele dio un paso decisivo para la consolidación de su modelo autoritario. Su partido, Nuevas Ideas, utilizó su mayoría absoluta para implementar una reforma constitucional que habilita la reelección indefinida en El Salvador y vuelve al país centroamericano en un régimen sin contrapesos institucionales como Nicaragua y Venezuela.

La modificación, aprobada por la noche de este jueves pasado, establece la eliminación de la segunda vuelta y el alargamiento de los mandatos, de 4 a 6 años. Ahora, la Constitución reemplaza la próxima elección de 2029 a 2027 para que coincidan con las legislativas. 

En caso de ganar las elecciones de 2027, se quedaría hasta 2033, completando 15 años en el poder y con posibilidad de continuar. La reforma es similar a la de Vladimir Putin en Rusia que comenzó con dos periodos de cuatro años para terminar con mandatos de 6 indefinidos.

Bukele ya forzó la Carta Magna para competir por el segundo mandato que inició el 1 de junio de 2024. Esto fue posible gracias a un cambio de criterio de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, cuyos magistrados fueron nombrados en 2021 por la primera Legislatura controlada por Bukele en un verdadera purga de la justicia. 

Bukele confirma su dominio absoluto en El Salvador y va camino a instalar un régimen de partido único 

El presidente de El Salvador viene dando pasos fuertes para cambiar la institucionalidad de su país en favor de sus intereses. Cuando ganó las legislativas de 2021, descabezó a todos los Fiscales del país para controlar los resortes del Poder Judicial y firmó un decreto exprés aprobado por el Congreso para reducir los escaños de 84 a 60, bajo un cálculo que benefició a su partido. Esto le valió la crítica de la entonces vicepresidenta, Kamala Harris.

En caso de ganar las elecciones de 2027, se quedaría hasta 2033, completando 15 años en el poder y con posibilidad de continuar. La reforma es similar a la de Vladimir Putin en Rusia que comenzó con dos periodos de cuatro años para terminar con mandatos de 6 indefinidos.

Bukele logró altos índices de popularidad gracias a su política de mano dura contra las maras (pandillas) que habían vuelto a El Salvador invivible. Pero luego de afianzarse en el poder inició una deriva autoritaria, que por momentos lo emparenta a las monarquías árabes, con ribetes de tratamiento de su figura y la de su esposa, como si fueran reyes. Esto le valió un conflicto serio con la ex vicepresidenta demócrata, Kamala Harris.

Hábil, supo convertirse en un aliado importante de Donald Trump  a quien ofreció su famosa cárcel de máxima seguridad, para alojar a los inmigrantes que deportara Estados Unidos. En esa mega prisión hay 75.000 detenidos, en condiciones durísimas. Organismos de derechos humanos afirman que entre los presos no sólo hay pandilleros, sino que se incluyen víctimas de supuestas detenciones aleatorias que ordena Bukele, para mantentener las cifras.

Milei con Bukele en el balcon de la Casa Rosada.

Justamente, estas organizaciones y decenas de periodistas tuvieron que irse del país por fuertes presiones del gobierno. Tal es el caso de Cristosal, que fue fundada por obispos anglicanos hace 25 años y se dio a conocer por sus investigaciones sobre la corrupción en gobierno.

 Según diferentes agencias internacionales, en las últimas semanas, 20 de sus empleados salieron del país. En el caso de la prensa, el premiado medio independiente ‘El Faro’ , tuvo que irse del país y ahora trabaja desde Costa Rica.

Kamala criticó a Bukele por su intento de remover a la Corte Suprema

Desde la implementación del estado de excepción para combatir el crimen, en marzo de 2022, Bukele suspendió derechos constitucionales, restringió la libertad de prensa y socavó la independencia judicial.

El giro autoritario de Bukele no es ajeno a la ola global de ultraderecha que se viene consolidando en el mundo y que por momentos parece tentar a Javier Milei.

Con la excusa de combatir el crimen, Bukele suspendió derechos constitucionales, restringió la libertad de prensa y socavó la independencia judicial.

Milei decidió gobernar sin Presupuesto aprobado por el Congreso, intentó nombrar jueces en la Corte Suprema por decreto y mantiene una pelea virulenta con la prensa independiente.

Esta alianza global de la ultraderecha opera un corrimiento ideológico en Milei que pasó de un liberalismo clásico que defendía los valores occidentales a la alt right trumpista. De hecho, como reveló LPO, su principal asesor Santiago Caputo encargó una inquietante encuesta para ver si los argentinos estaban dispuestos a abandonar la democracia por un régimen autoritario, si este les garantizaba estabilidad económica.

La sintonía de Milei con Bukele se expresó en su viaje a la asunción del segundo mandato del salvadoreño y en la visita de a Buenos Aires que terminó con el líder centroamericano saludado en el balcón de la Casa Rosada.

Trump con Bukele en la Casa Blanca.

De este movimiento no hay que apartar a Jair Bolsonaro que, según la investigación de la Corte Suprema de Brasil, organizó un intento de golpe de estado y avaló un plan para asesinar a Lula, el vice Gerarldo Alckmin y el Juez Alexander de Morales.

El juicio culminará durante este segundo semestre y podría condenar a Bolsonaro a más de 40 años de cárcel. Por eso, el bolsonarismo articuló con Trump aranceles del 50 por ciento contra la economía brasileña y sanciones contra De Moraes.

Como respuesta a esto, Lula organizó con el chileno Gabriel Boric un encuentro por la democracia en Santiago junto a Gustavo Petro y el español Pedro Sánchez en donde denunciaron el peligro de estas derechas autoritarias para la democracia. 

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