Axel Kicillof avanza con una de las obras más ambiciosas de su gestión para la región capital: la nueva planta potabilizadora para La Plata, Berisso y Ensenada, clave para mejorarle el servicio de agua a más de 855 mil habitantes de la zona y por la que está prevista una inversión estimada de 117.514 millones de pesos.
Es una obra que busca dar una solución de fondo a los problemas de abastecimiento, escasez y presión de agua que se fue agudizando en La Plata durante los últimos años, ya que la planta actual, operativa hace más de 70 años, ya no tiene capacidad para cubrir toda la demanda de la región.
Con esta nueva infraestructura, se apunta a incrementar en casi un 80% la capacidad de producción y distribución de agua potable, además de garantizar el servicio con una proyección poblacional para los próximos 20 años.
La necesidad de una nueva planta en la capital bonaerense fue expuesta por especialistas desde inicios de siglo y, en ese marco, Daniel Scioli anunció la obra en reiterados pasajes de sus dos mandatos al frente de la Provincia. Incluso, la llegó a licitar con fuerte polémica, pero nunca la concretó.
Vidal, en tanto, había recibido para esa obra financiamiento del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) pero nunca utilizó el préstamo, por lo que Kicillof luego tuvo que gestionar la recuperación de ese crédito.

Ahora, los trabajos encarados desde el Ministerio de Infraestructura bonaerense a cargo de Gabriel Katopodis abarcan una superficie total de 29.500 m2 que se complementará con la actual planta “Donato Gerardi”.
El proyecto incluye obras complementarias como una estación de bombeo, una toma de agua cruda del Río de la Plata que será conducida hasta la planta a través de un acueducto de 2,2 kilómetros de extensión, junto con un acueducto de 6 kilómetros de longitud que luego permitirá distribuir el agua tratada.
Según informaron en el gobierno bonaerense, el acueducto de agua tratada se ejecutará desde la nueva planta potabilizadora hacia el cruce de 32 y 120 en La Plata, donde se vinculará con el acueducto que abastece a la zona norte de la ciudad y la Estación Usina Bosques.
Como contó LPO, el proyecto es cofinanciado con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), fue licitado durante el primer mandato de Kicillof y adjudicado a la UTE entre el Grupo Roggio y Proba S.A.
La obra tuvo un momento crítico a comienzos de 2024 cuando la devaluación del 118% que hizo Javier Milei al arranque de su gobierno rompió todos los contratos de la obra pública, afectando a estos trabajos que, más tarde, fueron reactivados por la Provincia.
Hoy, se está trabajando en las distintas estructuras de la Planta, con excavaciones, armado, hormigonado, entre otros trabajos. La cámara de macro medición, la de carga y de dispersión se encuentran con el hormigón armado terminado. A su vez, se está colocando la cañería correspondiente al acueducto de agua tratada.

Con la puesta en marcha de esa planta, que será operada por la estatal Aguas Bonaerenses S.A. (Absa), se proyecta mejorar el servicio de producción y distribución de agua potable en un 77% respecto a la capacidad actual.
Además, con el nuevo acueducto de agua tratada se incrementará la capacidad de transporte hacia La Plata en un 85%, distribuyéndose de forma más eficiente hacia el resto de la zona metropolitana, tanto el norte (City Bell, Gonnet y Los Hornos), como Berisso y Ensenada.
La obra se enmarca en el Plan Hídrico del Gran La Plata que incluye el nuevo acueducto Punta Lara y la remoción de cañerías sobre el puente del Arroyo El Gato; el Acueducto Parque San Martín; la Rehabilitación del Acueducto Norte y recambio de cañerías en La Plata.
La obra de una nueva planta potabilizadora para La Plata tiene un largo historial de frustraciones. En 2010, Daniel Scioli no solo había anunciado su construcción, sino que además ya tenía en vista a la empresa para que desarrolle la obra.
Se trataba de la firma israelí Mekorot Water Company, que tenía como representante local a Marcelo Salinas, por entonces asesor de Armando Canosa, secretario de Transporte del gobierno de Carlos Menem.

Pablo Bruera y el entonces ministro Alejandro Arlía en la apertura de sobres de la fallida licitación de 2012.
Aquel proceso estuvo plagado de polémicas, al punto que, en paralelo a la apertura de los sobres donde competían por la obra la brasileña Odebrecht y la israelí Mekorot, Scioli estaba reunido en su despacho con los empresarios israelíes. La suerte de la licitación parecía echada, pero las obras no se hicieron nunca.
Vidal, en tanto, se limitó a realizar algunas obras de rehabilitación de la planta actual, que entregó para su manejo a la empresa francesa Veolia, una de las que había demandado al Estado argentino por la estatización de Aguas Argentinas en 2006.
En 2018, la ex gobernadora recibió financiamiento de la CAF para esa obra pero nunca usó el crédito, que tuvo que ser reflotado por Kicillof.
Fuente: https://www.lapoliticaonline.com/files/rss/ultimasnoticias.xml