Detienen a otro filipino por la cocaína en el puerto de Vicentin, pero no aparecen los dueños de la carga

Detienen a otro filipino por la cocaína en el puerto de Vicentin, pero no aparecen los dueños de la carga

El caso del buque de tripulación filipina donde hace tres meses se encontraron 469 kilos de cocaína en el puerto de Vicentin, a 20 kilómetros de Rosario, tiene un segundo detenido. Se llama Rowel Tagalera, es un marino mercante de esa nacionalidad y quedó preso por 60 días en la ciudad de San Lorenzo.

Anteriormente había quedado preso un cocinero del navío MV Ceci donde el 30 de abril pasado gracias al capitán del barco, no a controles fluviales, se detectó el cargamento cercano a media tonelada de cocaína. Este tripulante se llama Jonathan Caputero y accedió a declarar como imputado colaborador.

En esas condiciones señaló que personas que gestionan contrabandos desde los puertos del Gran Rosario lo contrataron para que posibilitara el ingreso de la carga al buque y la colocara en un lugar seguro. También le confiaron con insistencia porque esa actividad en la zona era regular y sin riesgos. “Hacemos esto dos o tres veces por mes y nunca pasa nada”, le dijeron sus contactos.

Confirman que era habitual el tráfico de cocaína en el puerto de Vicentin: “Hacemos esto dos o tres veces por mes”

Nadie de esa organización hasta ahora está individualizado de manera pública en una investigación que es reservada y que llevan fiscales de la Procuración de Narcotráfico (Procunar). Solamente los que, a decir de uno de los defensores de los filipinos, son “carne de cañón” de los empresarios contrabandistas.

La aparición del nuevo detenido fue por completo inesperada por los investigadores según confió a LPO un abogado con acceso al caso. Todo surgió de la declaración del cocinero que está preso desde hace casi tres meses. El indicó que aceptó tomar el rol de subir a cubierta las cajas porque se lo había ofrecido un amigo de su misma nacionalidad. Este, según dijo, le dio su nombre a los responsables de la carga.

Nadie de la organización hasta ahora está individualizado de manera pública en una investigación que es reservada. Solamente los que, a decir de uno de los defensores de los filipinos, son “carne de cañón” de los empresarios contrabandistas

Aportó entonces su nombre: Rowel Tagalera. Cuando los fiscales sondearon nadie con esa identidad aparecía en los registros de la Dirección Nacional de Migraciones que registran a cada extranjero que ingresa con navíos por la Hidrovía del Paraná. La persona aparecía pero ya no estaba en zona. Se lanzó un pedido de captura internacional por Interpol. Pero inesperadamente Tagalera decidió volver a la Argentina pese a que había sido público que su amigo había sido apresado y que el buque se había interceptado con sus 19 ocupantes que tras varios días fueron autorizados a zarpar. A Tagalera lo detuvieron la semana pasada cuando entraba al país como tripulante de otro buque y saltó la alerta de Interpol en su identificación en Migraciones. La Prefectura Naval del área de Rosario lo dejó preso a pedido de los fiscales del caso.

Este lunes quedó imputado por participar como coautor del intento de contrabando de 469 kilos hallados en 16 bultos en la cámara frigorífica del buque que había llegado de Emiratos Arabes Unidos tras un amarre en el puerto de Montevideo. El barco debía cargar 46 mil toneladas de pellets de girasol y tenía como destino final Amsterdam, uno de los puertos de ingreso habituales en Europa de estupefacientes procedentes de ultramar.

La Justicia cree que los 470 kilos de cocaína del puerto de Vicentín son un indicio de tráfico habitual 

El juez Carlos Vera Barros le dictó la prisión por 60 días por solicitud de los fiscales federales Claudio Kishimoto y sus colegas de Procunar Matías Scilabra y Matías Alvarez.

En la audiencia Tagalera no dijo una palabra. Caputero, que es el primer detenido, está preso en un lugar distinto. Las partes negocian la posibilidad en base a su colaboración de que sea deportado hacia Filipinas. Lo consideran apenas un facilitador fallido de un contrabando mientras los dueños del negocio hasta ahora no han sido públicamente detectados. Detalles de la pesquisa de la fiscalía salieron del contenido de su teléfono.

El caso había sido en abril pasado por Patricia Bullrich como un exitoso decomiso de un embarque de cocaína en la zona portuaria del Gran Rosario que tiene reiterados antecedentes en despachos de esa droga hacia puertos de Africa, Europa y Asia. Bullrich presidió el 2 de junio la incineración de los 469 kilos de cocaína y habló de “golpe al narcotráfico”. La detección ocurrió solo porque el capitán del buque detectó bultos extraños en la cámara de refrigeración de alimentos en una inspección rutinaria antes de la partida del puerto de Vicentin. “Le estamos dando duro al narcotráfico”, dijo la ministra en la quema de la sustancia en la planta de Tratamientos de Residuos IMD SA, en Puerto San Martín, acompañada por referentes libertarios santafesinos a 22 kilómetros de Rosario.

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